sábado, 18 de diciembre de 2010

Dexter - 5x12 - The Big One


Diversos acontecimientos que no vienen al caso me han obligado a retrasar esta entrada sobre el final de temporada de Dexter. La parte buena es que me ha dado tiempo a pensar sobre lo que iba a escribir aquí. He leído opiniones diversas, gente encantada con la evolución de los personajes y gente desencantada con un final "facilón".

¿Qué decir entonces de este capítulo? La única palabra que me viene a la cabeza es agridulce. Agridulce por cómo termina Dexter, nuevamente solo cuando creía conocer al amor. Agridulce porque en vez de arriesgar han vuelto a los caminos comunes, y de hecho este final de temporada podría ser perfectamente válido para las tres primeras temporadas, ese contraste entre la felicidad exterior y la oscuridad interior. Pero también agridulce porque los mejores personajes son esos secundarios que no volveremos a ver en la próxima temporada: Lumen, Liddy e incluso Chase, pese a no llegar al nivel excelso de Trinity (John Lithgow).

La temporada finalmente ha sido tan buena como las tres primeras, su único problema ha sido que ha tenido que soportar la comparación con una cuarta temporada que está en la memoria de todos. Esperábamos otro cliffhanger que nos sorprendiese y nos hemos encontrado con un final cerrado... como había sido hasta ahora. Esperábamos un truculento, despiadado y carismático asesino como Trinity y hemos tenido a un grupo de violadores que, salvo un poco Chase, han sido presas fáciles para Dexter.
Por contra, pese a ser parecida a las tres primeras temporadas, nos ha dado interesantes novedades: Dexter ha evolucionado mostrándose a alguien tal y como es, abriéndose como pocas veces lo veremos. Y Debra, qué decir de Debra, sin duda el personaje que más ha cambiado en esta temporada, llevada al límite en el ámbito laboral pero también en el personal, y que personalmente me ha sorprendido con su actuación en el capítulo.

Bueno, tras esta deslavazada introducción toca hablar un poquito de este "Big One", título con ínfulas que parecía prometer mucho y ha ofrecido mucho, aunque tal vez no lo que esperábamos.
Comienza el 5x12 donde lo dejamos, con Dexter a la caza de Chase, que tiene a Lumen en su poder. Harry, la conciencia de Dexter le advierte de que el amor, sentimiento irracional por excelencia, le hace alejarse del Código y que corre el riesgo de repetir los errores que llevaron a la muerte de Rita. Pero no es el único que comete errores, Chase levanta las sospechas de un vendedor ambulante de fruta, detalle que tendrá gran importancia posterior.

Cuando Dexter se dispone a salir de caza, ¡sorpresa! Su familia está de visita para celebrar el cumpleaños de Harrison. Hasta qué punto llega la empatización del espectador con el personaje, que sentimos la misma decepción e incomodidad que Dexter cuando vemos a la niñera y la chavalería por casa, simplemente para celebrar el primer cumpleaños de un niño. "¡Dejad de molestar a Dex, que tiene más cosas importantes que hacer!". Espero no haber sido el único que ha pensado esto porque entonces debería preocuparme... o vosotros deberíais preocuparos.

En la policía de Miami parece haber vuelto el buen rollo y todos reman en la misma dirección. Laguerta vuelve a ser la jefa buenrrollista y ayuda a Debra en todo. Debra está realmente afectada por el caso de las chicas de los barriles porque le recuerda a sus experiencias traumáticas (qué poca suerte tiene esta chica con los novios). Al igual que a Dexter, un inconveniente se cruza en su investigación, aunque esta vez nos interesa más: el cadáver de Liddy.
Pronto vemos que la cosa se pone chunga para Quinn y él lo sabe: las llamadas de Liddy, el equipo de vigilancia a su nombre y la maldita gota de sangre en su zapato. Ante las evidencias prefiere callar, pero no por protegerse, sino por proteger a Debra, porque en el fondo él sospecha ciertas cosas pero prefiere callárselas antes de que puedan afectar a su relación con la detective Morgan.
Y es en este punto cuando se produce uno de los giros que me chirría dentro de la serie: Dexter, el analista de sangre, tiene en su mano la libertad de Quinn y decide falsear la prueba para exculparlo. Es un movimiento arriesgado y lo hace más por Debra que por Quinn, pero entiendo que pondrá al detective sobre alerta, porque ambos saben de quién era la sangre del zapato, como bien lo expresa con ese "I owe you one" del final. Lo que Quinn sabe o cree saber de Dexter y lo que quiera saber marcará el devenir de la serie en adelante.

"I owe you one"

Volviendo a la caza de Chase, todo termina en el viejo campamento de verano, donde la pandilla de Eugene Greer comenzó sus andanzas con Emily Birch. Ahora Jordan pasará a la acción con una Lumen que servirá de cebo para la trampa para Dexter. Dicha trampa parece funcionar y la parejita se encuentra a merced del señor Chase, que como buen malo aprovecha para soltar un monólogo sobre él, Lumen, Dexter y la vida en general. Al menos sirve para darnos cuenta, que ni siquiera Jordan Chase conoce al verdadero Dexter, al que cree una marioneta manipulada por Lumen y su ansia de venganza por la muerte de Rita. Nada más lejos de la realidad y en un abrir y cerrar de ojos es Jordan el que se encuentra en la "mesa de operaciones".

Vengeance accomplished

Lo que nuestro trío desconoce es que la detective Morgan ha seguido el rastro del vendedor de fruta, que gracias a su español macarrónico nos ha proporcionado ese momento de vergüenza ajena que todos hemos sufrido en la vida en mayor o menor medida. Al menos le ha servido para llegar hasta el campamento y ponernos a todos en tensión. ¿De verdad Debra va a llegar en el momento justo? ¿Nos la van a volver a jugar los guionistas con el tiempo y el espacio?

Hemos visto a muchos asesinos en la mesa de operaciones y sus reacciones son variadas ante la inminencia de la muerte. Me recuerda a las cinco fases que dicen que se pasan al enfrentarse a ella: rechazo, rabia, miedo, negociación y aceptación. Chase utiliza la rabia, se enfrenta a Lumen y ella reacciona visceralmente matándolo con una certera puñalada en el corazón.

Llega ahora otro momento del capítulo que no termina de convencerme. Debra aparece y pilla a la pareja con las manos en la masa. El momento que habíamos estado esperando durante cinco temporadas ha llegado, Dexter y Debra cara a cara... con una cortina traslúcida entre medias. Debra ha cazado a su vigilante, la víctima número 13 y a su compañero, con Chase de cuerpo presente. La tensión se corta con un cuchillo y pero ella toma la decisión de dejarlos marchar, porque se identifica con ella. What the fuck!? ¿Es ésta la detective implacable de las temporadas anteriores? Tal vez fuese la única manera de que Dexter saliese indemne de la situación planteada, pero ha sido a costa de forzar a un personaje que difícilmente se hubiese comportado de esta manera.

El momento que todos habíamos estado esperando

Una vez con Chase troceado como alimento para peces toca el momento final del episodio: la despedida de Lumen y Dexter, nuevamente algo forzada para mi gusto. Todo sucede demasiado rápido, aunque Chase ya lo había anticipado, diciendo que aquello que sentían no era amor, sino simplemente una unión temporal fruto de la presencia de un enemigo común. Una vez que el enemigo no está, desaparece el vínculo. Así lo ve Lumen, pero no Dexter, lo que nos brinda una gran actuación del señor Michael C. Hall. Dexter, más humano que nunca, se desespera, llora de rabia y le pide a Lumen que no le abandone, tal y como haría cualquier ser humano. La oscuridad que los había conectado ya no está, es la verdad, Dex lo sabe y le duele, pero al final lo acepta. Lumen sabe que no podría estar cómoda conviviendo con la oscuridad de Dexter, y Dexter entre lágrimas, le dice que él llevará su oscuridad con él y que la guardará con la suya. Escenaza.

La mejor escena del episodio

Finaliza el episodio con un momento típico de final de temporada: una fiesta de su cumpleaños, como en su día pudo ser una boda. Todo es felicidad, bueno, menos para Dexter, que ve como todos a su alrededor son felices: Masuka con su ¿novia? y los reconciliados Debra-Quinn y Ángel-Laguerta.
De esta parte me quedo con la ya referida conversación entre Quinn y Dexter, la que tiene brevemente con Astor sobre Lumen sin nombrarla. La voz en off, el verdadero Dexter, nos confiesa cómo Lumen ha hecho al menos tanto por él como él por ella, y que no hay nada grabado en piedra, ni siquiera la oscuridad. El deseo final de Dexter es precisamente ser humano. La vela se apaga y la mirada ambigua, amenzadora pero suplicante nos mira a nosotros y nos plantea el interrogante de cara a la sexta temporada, ¿podrá Dexter cambiar de verdad?

¿Los deseos son sólo para los niños?

Esto ha sido el capítulo, fiel reflejo de una quinta temporada de altibajos. Grandes momentos cogidos de forma aislada, pero metidos con calzador, llevando a los personajes a extremos no vistos hasta ahora y que nos han descolocado. Algunos han sido aciertos y otros, pues no lo han sido tanto (¿alguien se acuerda ahora de la Santa Muerte?). 
En una serie donde esperábamos encontrar sangre y sordidez, nos hemos topado con el amor en sus múltiples variedades como el tema de esta temporada. La presencia de Lumen y Liddy ha revitalizado la serie y le ha dado a los personajes una nueva dimensión, como ha sido en el caso de Dexter y de Quinn. Precisamente la relación entre el analista y el policía será uno de los motores de la sexta temporada.

Al igual que el protagonista, voy a apagar la vela y pedir mi deseo de cara a esa sexta temporada que tardará nueve meses en llegar a las pantallas (de nuestros ordenadores). Le pido a los guionistas que arriesguen nuevamente, como hicieron con Trinity, que no sugieran tanto para el final pegar un volantazo. Que la repetición de un esquema que funciona, si está tan bien hecho como éste, es una gozada verlo, pero también se agradecen las novedades.
Han sugerido que Dexter puede cambiar porque de hecho ya lo ha hecho, que puede tener derecho a ser feliz aunque siga matando. La dualidad sigue ahí, la lucha con el Oscuro Pasajero, el miedo a que le cojan frente al convencimiento de que tarde o temprano tendrá que ocurrir.

No encuentro una manera de terminar esta entrada. Releo lo escrito más arriba y pienso que igual he sido demasiado crítico. Igual pido demasiado o mis expectativas fueron demasiado altas. Me parece acertado lo que he puesto pero puede inducir a pensar que he sido demasiado negativo. Nada más lejos de la realidad: he disfrutado cada capítulo de esta temporada, salvo que quizá pedía la excelencia a algo que de por sí ya era excelente. 
He disfrutado desde la negación de la elipsis de la tragedia de los primeros episodios, a la investigación de Quinn y la irrupción de Lumen, que me ha hecho pasar de la extrañeza a la emoción absoluta, haciéndome creíble una relación aparentemente imposible. Y eso hay que atribuírselo a un elenco de actores en estado de gracia, encabezado por un Michael C. Hall inconmensurable que interpreta dos personajes, el Dexter de día y el de noche, y que parece haber nacido para este papel.
Por eso sólo me queda agradecer el poder ver una serie de tanta calidad, y decir que esperaré estos nueve meses con ansia, con las expectativas tan altas como siempre y con la seguridad de que la serie no defraudará, siga el camino que siga.

Tonight is the night.


PS. Dejo para el final el dato frívolo. No sé si alguno sabía que Michael C. Hall (Dexter) y Jennifer Carpenter (Debra) eran matrimonio en la vida real. Dejando a un lado coñas incestuosas, esta semana se ha publicado que se van a separar. ¿Afectará en algo a la serie?

lunes, 6 de diciembre de 2010

Dexter - 5x11 - Hop a Freighter


Cabos sueltos. El buen asesino no debe dejar ninguno para asegurarse de que no le cojan y, del mismo modo, el guionista debe atarlos todos para tener una trama compacta y que enganche. Justo como la de Dexter. A falta ya sólo de un capítulo, hay que ir cerrando las historias y este emocionantísimo "Hop a Freighter" nos pone el corazón en un puño de cara a un final que, quién sabe, pueda ser el definitivo. Porque tras lo acontecido esta semana será difícil dar marcha atrás, lograr que Dexter se zafe una vez más de la policía como Messi lo hace de los defensas. Y además todos sabemos que ese día llegará tarde o temprano, seguramente más temprano que tarde.

Teníamos muchas historias colgando de capítulos anteriores: Liddy, Chase, el "Vigilante", la relación de Dexter y Lumen. Y todas parecen encaminarse hacia una colisión final que apunta a ser trágica, justo como la que hace casi un año nos dejó ojipláticos mientras asistíamos a la desesperación de Dexter frente al golpe final de Trinity.

Dexter sabe que está contra las cuerdas

Empieza el capítulo con la visita de Debra y Quinn a Chase para advertirle sin querer de que su plan de cazar a Dexter falló. Los detectives saben que Quinn Jordan no es trigo limpio; buscan alguna manera de conectarlo con los otros violadores asesinados, pero el tipo es listo y se ha preparado una buena coartada. No obstante, todo el departamento de policía de Miami irá tras él buscando la conexión que permita abalanzarse sobre él.

Tenemos por otro lado a los acaramelados Lumen y Dexter planeando su golpe final sobre Chase. La cosa es complicada y más cuando descubren de manera casual que les están espiando. Obviamente sospechan primero de Jordan Chase, pero pronto descubren que se trata de alguien de la policía. Dexter no tarda en revelar el nombre de Quinn, y su preocupación crece. Bueno, la preocupación de Dexter y Lumen, pues como buena pareja, ya deciden en común. La sintonía de Dexter con Lumen es absoluta, no como la que había con la dulce Rita, pues después de todo Dexter interpretaba un papel de marido y padre responsable, pero con Lumen puede mostrarse tal y como es. Sabiendo lo que tienen detrás, incluso se plantean la huída, tal vez en un crucero o en ese carguero al que referencia el título.
No me gustaría que Dexter huyese. No es su estilo. No me lo imagino en una playa paradisiaca de un país desconocido, paseando de la mano de Lumen. No encaja con el espíritu de la serie. Espero por su bien que ni se lo estén planteando.

La tensión del capítulo crece. Debra y Quinn encuentran una conexión circunstancial de Chase con los otros asesinos, y descubren su verdadera identidad como Eugene Greer. Confirman que no es trigo limpio y más cuando descubren que el tipo ha planeado una gira europea que huele bastante mal. Necesitarán una orden judicial para retenerlo en el país.

Aquí es cuando llega la parte más calmada justo antes del último acto, y donde se intentan suavizar la tensas relaciones en la policía. Quinn se sincera frente a Debra, dándole las gracias por haberle hecho mejor persona. Le vamos dando un pequeño lavado de cara al personaje, para acentuar el contraste frente a Liddy, un tipo sin escrúpulos pero con el que está conectado a su pesar.

Eres como... un tío (WTF)

Debra le confesará a Dexter que todavía siente algo por Quinn, incluso después de decirle que investigaba a Dexter por la muerte de Rita. Además, le relata su teoría de la vigilante ayudada por alguien, un hombre que está dispuesto a arriesgarlo todo, a implicarse por ella, en una relación que merece llamarse "amor". Lo clava. Y hay que ver la cara de póker de Dexter. Como bien dijo Dexter antes, esta chica es muy lista, pero se ciega en cuanto se trata de Dexter, y él se siente un poco mal porque cree que la está utilizando.
Y finalmente tenemos el conflicto Laguerta-Debra. La detective Morgan trata de pedir una orden judicial sin contar con la teniente, convencida de que no le iba a ayudar. Laguerta se entera y le comunica que la orden ha sido denegada. Antes de que Debra se lo pueda recriminar del todo, le pide perdón por traicionar la amistar y le dice que le ha conseguido otra orden de otro juez. Cerrando cabos sueltos.

Último acto. Dexter cree haber encontrado la furgoneta desde la que supuestamente Quinn le espía, pero es apresado por Liddy, que lo lleva al muelle en la furgoneta y llama a Quinn para desenmascarar todo.
Al mismo tiempo, Emily Birch, manipulada por Chase, llama a Lumen y les pide a ella y a Dexter que vayan a su casa. Como Dex está inconsciente en una furgoneta, Lumen decide ir por su cuenta y descubre a el plan malvado de Chase.
La policía, con su orden judicial, va al aeropuerto a detener el jet privado de Chase, pero descubren que el tipo no ha aparecido por ahí.

Liddy, como los malos de las pelis, confiesa su plan a Dexter, que así sabe que Quinn no lo sabe todo pero que está en camino. Aprovecha un descuido de su captor precisamente para matarlo, justo en el momento en el que aparece Quinn. En una escena de gran tensión, Quinn rodea la furgoneta buscando a Liddy. La sangre del ex-poli se filtra por la puerta pero Quinn no se entera y se marcha. Dexter respira aliviado y nosotros también.

Esta sangre traerá cola

Dexter recoge todas las pruebas que le incriminan a él y a Lumen y se marcha a buscarla, pues sabe que ha recibido una llamada de Emily. El problema para él es que deja el cuerpo de Liddy en la furgoneta, y quién sabe si algún rastro que le pueda señalar. Las prisas nunca son buenas consejeras. Cabos sueltos.

Al mismo tiempo, un colérico Chase va a hacer lo que nunca ha hecho: implicarse, mancharse las manos, matar en definitiva. Emily se pone nerviosa y es la primera que lo paga. Lumen es la siguiente, pero ella está dispuesta a defenderse con el regalo de su novio Dexter: la navaja (otros se regalan collares y anillos, pero esta gente es "diferente"). Más cabos sueltos.

La ira de Eugene Greer

Dexter llega tarde a casa de Emily y encuentra el cuerpo de Emily y un rastro que indica que Chase se ha llevado a Lumen, porque necesita a los dos. La cara de ira y desesperación de Dexter es absoluta. El Oscuro Pasajero está desatado. Jordan Chase busca limpiar su nombre con todo en contra. La policía está detrás de él y de la "vigilante". Una carrera contrarreloj a falta de un episodio. Y luego están los cabos sueltos que definirán el rumbo definitivo que tomará la serie respecto al personaje de Dexter. ¿Qué pasará cuando encuentren el cuerpo de Liddy? ¿Qué hará Quinn? ¿Quién llegará antes a por Chase?

Sólo una hora y demasiado por desentrañar. Está claro que Dexter va a ir a por Chase, aun sabiendo que le espera una trampa segura. Lo va a arriesgar todo por Lumen, ya que nunca había encontrado a nadie como ella.
Quinn y Liddy. La aparición del cadáver de Liddy deja a Quinn en una situación complicada, pues después de todo él fue el último con el que habló, hay pagos de por medio, conversaciones y una retirada de material policial a nombre de Quinn por parte de Liddy. Puede que aunque no se fíe de Dexter, lo necesite para limpiar su nombre. Sin duda sería una original vuelta de tuerca.

¿Y Debra? Puede que su teoría de la vigilante se confirme cuando encuentre el cadáver de Emily, antigua víctima de Chase, que destapará definitivamente su oscuro pasado. Esto permitirá a la policía incriminar a Chase definitivamente por los crímenes de los barriles, y Dexter volvería a salvarse.
Lo que no termino de encajar aquí es el destino de Lumen. Otra muerte como la de Rita sería un poco desilusionante. Y su superviviencia daría mucho juego de cara a una sexta temporada.

Todo lo anterior es un final más o menos feliz orientado a una sexta temporada. Un final fácil, más o menos lógico pero que debería dejar los ya repetitivos cabos sueltos para desarrollarlos en una sexta temporada, que seguramente sería la última.
En caso de que esta temporada fuese la última, podemos ponernos en el final más trágico y retorcido que se nos pase por la cabeza. Aquí nada sería descabellado y cualquier escenario es posible, aunque finiquitarlo todo en un capítulo sería demasiado precipitado para mi gusto.

Todas estas elucubraciones se quedarán en nada si después de ver Dexter la semana que viene volvemos a quedarnos con el rostro desencajado como hace un año. Ojalá lo vuelva a hacer. El título The Big One invita a hacerse ilusiones.

¡Venganza!



ACTUALIZACIÓN. Al final se confirma que habrá sexta temporada, así que la mitad de lo que he dicho más arriba vale de poco. Pero da igual. Lo que no me gusta es que esto abre menos expectativas de cara al final y va a dejar abiertos algunos temas (más cabos sueltos).