lunes, 29 de noviembre de 2010

Dexter - 5x10 - In the Beginning


Catarsis. Se trata de una de esas palabras que no pueden faltar en una crítica o revisión que presuma de cierta pedantería. Y aquí no íbamos a ser menos, pues es la catarsis el tema principal del capítulo.

Aunque suene tópico y de manual, lo mejor en estos casos es citar al diccionario. Entre las variadas acepciones de "catarsis" hay dos que vienen como anillo al dedo a este episodio: "Purificación, liberación o transformación interior suscitados por una experiencia vital profunda" y "Eliminación de recuerdos que perturban la conciencia o el equilibrio nervioso".
La idea está clara: un cambio producido por una experiencia vital profunda, cambio que se puede producir al eliminar los recuerdos que alteran el equilibrio. En una serie sobre un asesino, las catarsis se logran matando, casi como era de esperar. Lo dice Debra cuando dice que sobrevivir a las vejaciones de la pandilla de Jordan Chase te cambia para siempre, del mismo modo que la muerte de la madre de Dexter supuso una catarsis para él. Lumen nunca volverá a ser la misma, nunca superará el trauma y lo tiene que canalizar de la misma manera que Dexter lo hizo en su día: matando. Entrar en el círculo de Dexter, la caza en pareja, formar parte del ritual y terminar introduciendo el cuchillo en el corazón de su víctima, todo ello supondrá para ella una experiencia catártica. Y a Dexter, que por primera vez puede mostrarse tal y como es, que no huya al conocer al Oscuro Pasajero, que le complemente y que siendo dos, actúen como uno.

El capítulo comienza con un Dexter previsor, que se quita a Harrison de en medio para no repetir los errores que frente a Trinity tanto daño le causaron. Después se afana en una investigación conjunta con Lumen, con su antiguo apartamento como nueva base de operaciones. Lo que no sabe es que el taimado Liddy le vigila y hará todo lo posible (falsificaciones incluidas) para desenmascararle. 
El policía corrupto no tardará en descubrir la verdad de Dexter y Lumen con su equipo de Gran Hermano portátil. Lo que está por ver es cómo reaccionará. Creo que su ego y su ansia de gloria le llevará a inmiscuirse a fondo, buscando la captura mayor en vez de buscar ayuda. Esto será su perdición y la salvación (tal vez sólo momentánea) para Dexter.

Big Brother

Está claro que Jordan Chase es un quebradero de cabeza para Dexter, pero el departamento de policía de Miami no le anda a la zaga, con una Debra que demuestra ser una detective de primer orden. Primero sospecha que Chase no es trigo limpio, segundo que hay alguien, un justiciero ("vigilante" en el original) que se les adelanta y se va cargando a los sospechosos, y tercero, que ese justiciero podría ser la misteriosa decimotercera víctima que escapó de las garras de los asesinos.

¿Cómo saben que son trece las víctimas? Pues porque los eficientes policías encuentran unos DVD en casa de Cole donde están grabadas todas las humillaciones a las que sometieron a las pobre chicas. 13 DVD suponen 13 víctimas, aunque sólo haya 12 cuerpos. Dexter sabe quién es la decimotercera y las complicaciones que eso le supondría si llegase a conocerse el contenido del último DVD, así que logra dar el cambiazo y borrar el rastro de Lumen.

Reviviendo el horror

Esos DVD afectarán a las dos mujeres de la vida de Dexter: Lumen y Debra. La primera tiene la valentía de revivir lo que le hicieron, y la segunda sólo logra enfadarse, y llegar a comprender las motivaciones de ese justiciero que se adelanta a sus movimientos, hasta el punto de identificarse con él. Esto a Dexter le sorprende, aunque es consciente de que no podrá ayudarla, pues sus desvelos están ahora con Lumen. Ya son dos veces en esta temporada en las que Debra "conecta" con ese mundo oscuro donde Dexter tan bien se mueve. Interesante desarrollo, tratado con sutileza, pero parece claro que no es casualidad la insistencia.

O es muy lista, o se ha leído el guion

La investigación de Dexter y Lumen es sencilla: ir a buscar a la chica de la sangre que tenía Chase. Parece sencillo, pero no habla hasta que Lumen le hace una nueva visita a solas, les cuenta la verdad, la naturaleza del monstruo manipulador que es Jordan Chase (o más bien Eugene Greer) y les da un nuevo nombre, Alex Tilden, un banquero que pronto será hostigado por la policía, y con una casa allanada por la pareja de asesinos.
Lo que Dexter y Lumen desconocen, pero nosotros sospechábamos, es que Chase no tiene un pelo de tonto y está un paso por delante, previendo los movimientos de la parejita. La aparentemente frágil y afectada Emily Birch, vive a merced de Chase, que inteligentemente les ha guiado hacia Tilden para tenderles una trampa. Cuando están en plena faena pre-asesinato, llama a la policía con la intención de que ellos les pillen in fraganti.

Los tiene a todos comiendo de su mano

En un hábil y tramposo truco de guion, creemos que en cuanto Debra y Quinn entren en la casa, se encontrarán la "killing room" montadita, con su plástico, sus fotos y los cuchillos, esa que aparentemente tan adecuademente le había sugerido Lumen a Dex. La angustia nos invade hasta que se nos muestra que la habitación iluminada está vacía, y que la parejita se encuentra en la abandonada casa de al lado. 

Los polis tan cerca, ignorantes del crimen que a pocos pasos se está cometiendo; un crimen, una muerte catártica para Lumen, que siente la liberación absoluta cuando hunde el cuchillo en el corazon de un Tilden que apura sus últimos momentos de vida acusando de todo a un Chase que no es más que el autor intelectual, pero que no se moja, no se mancha. Su verborrea, sus eslóganes conectan con el animal primario y lleva a los demás a que actúen como tenebrosas marionetas en sus manos.

Lumen una vez liberada, aborda a Dexter, se desnudan y se besan. No sabemos exactamente si es amor, la pasión de una primera vez, un gesto de agradecimiento absoluto, pero ambos se necesitan. Ella porque gracias a Dexter ha encontrado una manera de canalizar el horror que ha sufrido, aunque sea del mismo modo que como Dexter lo hizo en su día. Y él porque ha encontrado a alguien que ha mirado en su interior y no se ha horrorizado de lo que ha encontrado. De la necesidad, surge el entendimiento y finalmente el amor. Seguramente sea un amor trágico, como el de esas pasiones clásicas conocidas por todos, pero esto es adelantar unos acontecimientos que están a la vuelta de la esquina.

Los frentes están abiertos. Chase pronto descubrirá que su plan ha fallado y trate de mantener la ventaja, aunque ahora sepa que es el último de la lista mortal. A esto añadimos que la policía está actuando con velocidad y diligencia, dirigidos por una sabuesa implacable como Debra, a la que sólo la rabia y la ira pueden cegar.
Y luego está Liddy, el elemento inestable, la incógnita, el voyeur corrupto y sin escrúpulos que puede mandar todo al traste, desde los planes de Chase o la investigación policial, hasta la caza de Dexter o incluso su propia vida.

La última vez que el malo visitó la comisaría aquello no terminó nada bien

Dos capítulos para un desenlace legen... dario. El capítulo de la semana que viene se llama "Hop a freighter". ¿Un carguero? Tratar de descifrar algo de los títulos de los capítulos es una tarea baldía, así que nos nos compliquemos y esperemos con expectación una nueva píldora de esta maravilla en la que se ha convertido, otra vez, esta nueva temporada de Dexter.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Dexter - 5x09 - Teenage wasteland


Sucede en ocasiones que una persona a la que creíamos conocer nos sorprende un día por sus actos, para bien o para mal. Y esa sorpresa puede hacer que nos lleguemos a plantear si de verdad conocemos realmente a esa persona. En un mundo de comportamientos prefijados e ideas preconcebidas, esas alteraciones nos pueden agradar o incomodar, pero nos nos dejan indiferentes. Necesitamos un tiempo para asimilarlo y reconducirlo, hasta volver a erigir nuestras ideas y prejuicios internos sobre alguien, actualizados según la nueva información.

Esta reflexión sobre la verdadera identidad y el personaje público que exhibimos o el que reflejamos y los demás ven de nosotros, es capital en Dexter. Su protagonista pasa por ser un psicópata desalmado, un monstruo, que durante el día actúa de padre modélico, hermano responsable y trabajador metódico. La serie (y nosotros) fantasea sobre cómo reaccionaría su entorno si se descubriese la horrible verdad. Por un lado nos aterra (a Dexter sobre todo), pero por otro nos atrae, sabedores en cierto modo de que es algo inevitable.

No obstante, de vez en cuando, Dexter se desmarca con comportamientos alejados de su frialdad habitual. Para alguien que se rige por un estricto código, fijado por su padre y que él tiene muy presente (de hecho, su conciencia se personifica precisamente en Harry), salirse de él supone una ruptura radical. Y si a esto añadimos que sus motivaciones son siempre estríctamente egoístas (destinadas a satisfacer a su Oscuro Pasajero), atisbar una brizna de humanidad, un sacrificio por los demás, es un avance para Dexter inesperado y sorprendente.

Dexter padre, por fin

Ver a Dexter actuando como un verdadero padre (un pelín violento, eso sí) ha sido esa sorpresa que nos hace replantearnos el personaje. Pero hay más. Tenemos a Astor, la adolescente repelente que creíamos con alivio que no volveríamos a ver, se desmarca fugándose de casa para proteger a una amiga de un padrastro maltratador. Quinn desvela la verdad sobre su investigación a Debra, y para no perderla, es capaz de tragarse su orgullo y echar a patadas a Liddy. Y tres cuartos de lo mismo para Laguerta, que olvida por una vez los galones para recuperar a Ángel y darle la razón a Debra en el caso de los bidones.
Se podría pensar que este episodio, o gran parte de él, sobraba, que ahondar en esto a estas alturas, tras cinco temporadas, era innecesario. Pero precisamente, profundizar en un personaje tan complejo y mostrar que no es inalterable, lo enriquece al mismo tiempo que permite pensar en que tal vez exista una solución para Dexter lejos del final trágico que todos esperamos para ese día aciago en que la serie llegue a su fin.

Por lo demás, podemos ver un poco al episodio como rampa de lanzamiento de cara al gran final de temporada. Los personajes ocupan sus posiciones, los cabos sueltos (la paternidad de Dexter y su relación con Astor) se rematan con soltura, y las amenazas se hacen más que patentes (Liddy y Chase).

La placentera vida de investigador y posterior asesino de Dexter y Lumen se verá revuelta por la aparición inesperada de Astor, con una amiga, con intención de hacer un botellón a 300 kilómetros de su casa, en la casa de Dexter y Rita, ocupada ahora por Lumen. Huelga decir que la sorpresa es mutua y mayúscula. Dexter se desespera, incapaz de entender a Astor. Astor le echa en cara que haya olvidado tan rápido a su madre, asumiendo que Dexter y Lumen son pareja. Lumen capea todo como puede. A esto le añadimos que las chicas se fugan y Dexter decide movilizar a media policía de Miami, para finalmente encontrarlas y de paso conocer al padrastro de la amiga, Olivia, de la que pronto descubrirá que la maltrata, y que ha sido idea de Astor fugarse para huir del padrastro, Barry. Dexter se toma la justicia por su mano, consigue ahuyentar a Barry, devolver una vida placentera a Olivia, reconciliarse con Astor y reconocerse a sí mismo en el papel de padre responsable. Todo un hat-trick.

Ejerciendo de padre protector

En el departamento de policía el ambiente está enrarecido. Debra ha sido trasladada temporalmente al archivo, pero ella, como buen culo inquieto, descubre un detalle que obliga a reabrir el caso de las chicas de los bidones. Claro que esto pronto la enfrentará a Laguerta, que se lo toma como un ataque personal. Batista toma partido por Debra y finalmente, tras una agria discusión entre ambas, María entra en razón, aunque de paso anima a Debra a que hable con Quinn.

Tragándose el orgullo

Esa charla con Quinn desvela a Debra que su novio ha estado investigando a Dexter, porque lo cree implicado de algún modo en el asesinato de Rita. Quinn intenta hacerle ver que se arrepiente, pero Debra no quiere saber nada de él. Herido y triste, lo último que quiere hacer es hablar con un Liddy que cree que hay algo sucio tras Dexter. Liddy finalmente se dedicará a investigar por su cuenta, buscando destapar algo gordo y de paso, metiéndole un gol al departamento de Laguerta.

¿Verdad que este tipo es un cabronazo?

Muchas historias y nos dejamos la trama principal: la investigación de Dexter para desenmascarar a Jordan Chase. Desde el principio comprobamos que Dex tiene acceso completo a Chase. Con la excusa de unas sesiones privadas, ambos se hacen coleguitas. A Dexter le incomoda Chase, porque cree que sabe más de él de lo que aparenta, y su interés en él le resulta sospechoso. En una de esas sesiones, descubrimos que Chase tiene un colgante con un pequeño recipiente con sangre. "¡Bingo!" piensa Dexter, "ahí está la prueba que necesito". Dexter consigue la sangre, pero Chase no tardará en darse cuenta de ello. Esto sólo son los diez primeros minutos del capítulo, y hasta el final no volveremos a saber del señor Chase, ya que entre medias asistiremos a los conflictos paterno-filiales de Dex y los tejemanejes del Departamento de Policía de Miami. De la sangre descubriremos que no pertenece a una víctima, sino a una mujer llamada Emily Birch que parece estar bien viva. Entonces, ¿quién es?
Cuando ya el capítulo agoniza y todo parece atado y bien atado, una llamada sobresalta a Lumen. Es Chase, que la reconoce y le pide que le deje un recado a Dexter: "Tick, tick, tick. Es el sonido de su vida agotándose". Para luego añadir a la aterrorizada mujer: "¿Serás capaz de darle este mensaje? Cuídate Lumen".

Take care Lumen

A estas alturas parece claro atisbar por dónde van a ir los tiros, el problema es cómo se va a desarrollar. La policía vuelve sobre la pista de los bidones, y es de esperar que terminen cerrando el cerco sobre Chase, del mismo modo que lo hará Dexter, ya que sabe que tendrá que ir por delante de ellos. Lo que desconocemos es cómo va a actuar Chase, que dispone de medios y del que no sabemos qué sabe y cómo de despiadado es a la hora de actuar. A esta revuelta ecuación tenemos que añadir a un Liddy que irá tras Dexter buscando fortuna y gloria, y que seguramente aparecerá en el momento más inoportuno.
Tampoco quiero olvidar a Lumen, que aunque actitud no le falte, no sabemos todavía si llegado el momento estará a la altura, o sus demonios internos la paralizarán y la convertirán en un elemento inestable.

Demasiadas incógnitas en la ecuación y sólo tres capítulos por delante. Dexter ya nos tiene acostumbrados a resolverlo todo en el último momento, así que seguramente el 5x10 (titulado "In the Beginning"), no nos aclare gran cosa. Pero lo estaremos esperando con la misma emoción de siempre.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Dexter - 5x08 - Take it!

Cuatro semanas. Cuatro capítulos. Eso es lo que queda para el desenlace de esta temporada de Dexter, y nuevamente me tengo que descubrir frente a todo el equipo que trabaja en esta joya televisiva. Sin duda enfrentarse al abismo creativo tras la irrepetible cuarta temporada es todo un reto, y creo que a estas alturas lo han superado con creces. Cierto es que he llegado a albergar mis dudas, pero la irrupción y evolución del personaje de Lumen ha supuesto un giro radical, hasta el punto de lograr algo que nadie había logrado todavía: cambiar al protagonista.

La soledad define a Dexter. Él mismo es consciente de ello, su ser, su Oscuro Pasajero le impide revelarse tal y como es al resto del mundo. Y aunque se resigna, en el fondo no es algo que le agrade porque se siente vacío, incomprendido hasta cierto punto. En un momento del capítulo se nos recuerda que ni Harry ni Miguel Prado fueron capaces de aceptar a Dexter tal y como era. Porque una cosa es saber la verdad y otra es vivirla. Dexter vive con el miedo de que los demás le descubran tal y como es y se horroricen: es el miedo al rechazo, tan natural y tan humano, aunque sean por motivos tan inhumanos y espeluznantes.

Lo peor no es estar solo, sino rodeado de tantos idiotas

Sin embargo, de repente, como algo inesperado, irrumpe el personaje de Lumen y Dexter cambia, inspirado por extraños sentimientos, tal vez una mezcla de empatía, compasión, una sintonía en un plano diferente a la que pudo tener con Rita, Miguel, Lila o incluso Trinity. En cierto modo se abre y ambos profundizan en sí mismos. No es algo físico, no amor en el sentido habitual, al menos no todavía, como equivocadamente piensan Owen o Liddy y como deja claro la propia Lumen en su conversación con el primero. No obstante va mucho más allá, cuando ella descubre finalmente el ser de Dexter en toda su dimensión.

El capítulo como tal no tiene mucha trama, ya que arranca sobre las consecuencias del anterior: el tiroteo en la discoteca y el plan para matar a Cole. La policía tiene que lidiar con la opinión pública tras la desastrosa operación encubierta. Aquí cada personaje toma partido de manera más o menos esperada: Laguerta busca salvar su imagen de la mejora manera, Debra le insta a que asuma su responsabilidad y que no le cargue el marrón a otro, y a Batista lo tenemos dudando entre su responsabilidad profesional y su matrimonio. Finalmente Laguerta se apoyará en el supuesto rival más débil, Manzón, para cargarle las culpas a Debra, que montará en cólera y duplicará su tasa de fucks por frase. Al menos Batista se destapa como un hombre íntegro (a veces con mucho carácter) y le muestra todo su apoyo a Debra. Una subtrama bastante típica y tópica de las series policiacas, pero que a buen seguro traerá consecuencias, y no buenas a la convivencia policial. Puede que el conflicto estalle en esta temporada o quede latente para la próxima.

Batista eres el mejor

Otro tema recurrente de la serie es precisamente el plantear un supuesto dilema moral al matar a la gente mala para proteger a la gente buena. La novedad es que esta vez no es Dexter, el justiciero nocturno, sino Debra, que se sorprende de no sentir ningún remordimiento por matar a Carlos Fuentes, es más incluso siente cierta alegría de saber que en el fondo se lo merecía. Ella intenta buscar una voz amiga que pueda entenderla, y al final la encuentra en Dexter, que en cierto modo se sorprende de que a su hermana se le puedan pasar por la cabeza las mismas motivaciones que a él le incitan a matar. ¿De verdad hay gente que merece morir? ¿Se le hace un favor al resto del mundo eliminando a la gente que supone un peligro para los demás? Un filo moral muy peligroso en el que siempre se ha movido esta serie y que ha sorteado con pericia, pero no es lo mismo que lo plantee un personaje que es un asesino sanguinario y por tanto negativo (por mucho que nos guste), y otra que lo plantee un representante de la ley. Al final Debra no parece muy convencida por lo que le dice Dexter, porque a ella le sigue pareciendo preocupante no sentir culpa por matar, algo que sin duda no debe ser sencillo. Debra ahora atraviesa un conflicto laboral, con un fucker Quinn entre medias, y en cuanto ordene sus pensamientos seguro que lo tiene todo mucho más claro.

Cuidado Debra, es un tema espinoso (ojo a la mirada de Dexter, que cambia su cara por completo en esta escena)

Volvemos al principio, a la relación Dexter-Lumen. Una vez que han formado el tándem vengativo, toca ir a por la presa. Dexter se ha colado en un seminario de Jordan Chase para vigilar a Cole. Aquello se celebra en un hotel, lleno de hooligans que gritan consignas vacías y que consiguen que Dexter se considere normal. Una vez trazado el plan, Lumen se encarga de la compra del material, poco a poco Dexter la va a ir introduciendo en su ritual. Lo que ella no espera es que aparezca Owen, su antiguo novio al que dejó plantado ante el altar. El tipo, en vez de resignarse, cree haber entendido lo que pretendía Lumen con su huída: abandonar una existencia vacía y lanzarse a lo desconocido. Por eso le ofrece la posibilidad de volver con él y realizar un viaje por el mundo. Huir. Lumen puede abandonar todo el sufrimiento y la muerte que ha dejado tras de sí y comenzar de nuevo. Pero algo crece en su interior, tal vez esos deseos de venganza estén incubando un Oscuro Pasajero que conecta con el de Dexter, afianzando una relación cuanto menos peculiar. Ya en el hotel, con Dex, y preparando el escenario, Lumen comprende que las motivaciones de Dexter distan mucho de ser circunstanciales. Que él ya ha matado antes, que Boyd nunca fue el primero y que tiene todo pensado. Lejos de escandalizarse, lo acepta, abandona a Owen y se lanza al camino inexplorado que le ofrece el señor Morgan. Ese vínculo se observa en la escena en la que Dexter logra calmar el ataque de pánico de Lumen cuando oye los gritos de la habitación de Cole que tanto le recuerdan a su sufrimiento, llegando a quedarse dormida, cosa que no había conseguido hasta ahora.
Finalmente, tras un angustioso momento en el que Cole descubre a Lumen, Dexter consigue ponerlo en su mesa de operaciones. El ritual de la sangre, los retratos y finalmente la muerte. Con Lumen de privilegiada espectadora que, lejos de escandalizarse, se siente reconfortada cuando recibe la placa con la sangre de Cole, el trofeo, simbólico como pocos. Puede que hayan pasado cinco temporadas y que Dexter haya encontrado a su alma gemela, esa persona que lo acepta tal y como es.

La imagen del episodio

No podemos olvidar al personaje de Chase, el siguiente en la lista de Dexter, como se desvela al final del episodio. El tipo tiene bien investigado a Dexter y la terrible historia de Trinity. Se muestra amable, tal vez demasiado, yo no descartaría que tuviese a Dexter en el punto de mira porque sospecha de él. Detrás de esa cara bonita hay un psicópata calculador que seguramente pretenda anticiparse a los movimientos de Dexter. Por si esto fuera poco, en un ejercicio de tortura, obliga a Dexter a recordar lo que sintió cuando encontró a Rita en la bañera, frente al auditorio de hooligans del principio del episodio. El problema para Dexter va a ser que su enemigo le conoce mucho mejor que Dexter a él.

Un manipulador encantador

Y para terminar no podemos olvidar a Liddy, el investigador que en nada se va a convertir en el peor problema de Dexter, si es que no lo es ya. Es un tipo listo y sin escrúpulos, capaz de fingir un accidente para obtener los datos de una sospechosa, o de amargarle el desayuno a Quinn. En el primer caso se fija en las sospechosas bolsas de plástico que Lumen lleva en el coche, y en el segundo logra convencer a Quinn para que le deje más dinero. Seguramente invierte luego ese dinero en un teleobjetivo con el que observa a Dex y Lumen deshacerse de los restos de Cole. Fin del episodio. No puede haber más tensión. Seguro que como Liddy es un tipo listo, no tardará en atar cabos. Lo que está por ver es cómo le ofrecerá estos datos a Quinn o si irá más allá en su investigación. No me gusta cómo pinta esto, ya que apunta a que todo puede terminar en tragedia. A Liddy lo veo muerto, por descontado, pero creo que puede llevarse a alguien más con él al otro barrio. ¿Quizá Quinn o la propia Lumen?

Teleobjetivo de 500 dólares

Demasiados frentes abiertos de cara al final de la temporada, cosa que nos encanta. El episodio de la semana que viene se llama "Teenage wasteland" que a mí particularmente me hace pensar inmediatamente en el "Baba O'riley" de The Who. ¿Tendrá algo que ver? Lo sabremos el lunes.

martes, 9 de noviembre de 2010

Dexter - 5x07 - Circle Us

Una de las grandes ventajas que tienen las series es que en un capítulo se le puede dar la vuelta a la trama y con ello al devenir de toda la temporada. O dicho de otro modo, que casi me obliga a comerme las palabras de la semana pasada. Tampoco dije que la temporada fuese mala, simplemente que era diferente y demasiado parecida a las anteriores. Sin embargo, un desencadenante fortuito, un simple accidente de tráfico ha conectado las tramas y revolucionado más si cabe la vida de Dexter Morgan.

Habíamos dejado a Dexter como brazo ejecutor de la venganza de Lumen. La suya es una extraña relación simbiótica, cada uno saca algo beneficioso, ya sea ajustar cuentas con su pasado o saciar los instintos de su Oscuro Pasajero. Digamos que se trata de una relación estríctamente "laboral" aunque hay detalles que no podemos pasar por alto. Lumen está viviendo en casa de Rita, y no sería descabellado que ocupase el lugar de la rubia, tanto en el corazón de Dexter como por su trágico final. También comparte ciertas tendencias asesinas con Dexter, y a nuestro protagonista eso le atrae por un lado pero también le incomoda por el otro, principalmente porque no sabe cómo reaccionar (genial esa referencia al baile de graduación). Y finalmente Lumen quiere participar, quiere ver cómo mueren aquellos que la hirieron y en última instancia, incluso podría llegar a matarlos. A Dexter no le gusta: él es un cazador solitario, pero pronto comprenderá que a veces hay que transigir y aceptar a los otros tal y como son.

Dexter y Lumen tienen un problema: desconocen quiénes son sus objetivos, pero el destino pronto se pondrá de su parte. Un tipo trajeado llega con un puñado de currelas al pantano donde Boyd dejaba los barriles con las chicas, los carga en la camioneta y se los lleva. La muerte de Dan a manos de Dexter ha activado las alarmas de los "malos", y lo mejor es borrar el rastro. Con lo que no cuentan es que un conductor borracho provoque un accidente y revele el horror a la sociedad y a la policía de Miami.

El horror al descubierto

De repente los acontecimientos se precipitan: la policía se pone a trabajar, pero Lumen no quiere que sean ellos y el sistema judicial (con pena de muerte, como bien recuerda el blood guy) los que le hagan el trabajo, así que Dexter tendrá que apañárselas. La investigación saca a la luz un nombre: Jordan Chase, y un sospechoso, su jefe de seguridad, Cole. El primero es el tipo de los discos de autoayuda que tan ávidamente escuchaba Boyd, y el segundo es reconocido por Lumen como uno de "esos tipos". Ale, Dexter tiene que fabricarse las pruebas para poder adelantarse a sus compañeros, y para ello le traslada el marrón a Boyd, que al estar muerto no tendrá motivo de queja. Caso resuelto, ¿no? Pues no, porque Chase, que parecía un buen tipo, se descubre como trigo poco limpio, ya que felicita a Cole por haber desviado la atención, pero este le replica que no lo hizo. Genial, porque esto les pone en alerta: el que les sigue tiene medios, les conoce y es implacable.

Por si esto fuera poco, tenemos a la investigación de la Santa Muerte, que parece dar un avance fundamental cuando deciden montar una operación encubierta en el club donde trabajan los Fuentes, con la ayuda de la confidente. La chica está un poco asustada y tiene cara de palmarla en breve, cosa que sucede cuando la operación se va al garete y se convierte en un tiroteo. Ahí Debra no vacila llegado el momento y le mete un balazo al hermano Fuentes entre ceja y ceja. El jefe Matthews (sí, el de la serie del conejito Floppy) se pilla un buen rebote y le suelta una buena bronca a Laguerta. Ángel trata de consolarla diciendo que todo el mundo comete errores, pero ella no cree que se haya equivocado. Qué complicadas son las relaciones en el trabajo, ya lo dice el refranero que donde tengas la olla no metas la p...

Zas, en toda la... bueno ya sabéis cómo sigue

Otro que se pasa la sabiduría del refranero por el arco del triunfo es Quinn, nuestro fucker por excelencia (recordemos que ya estuvo con la hija periodista de Trinity), cuya relación con Debra parece asentarse (por decir algo). El tipo está en dos frentes, porque mientras se acuesta con la hermana, vigila al hermano. Roboc... Liddy le desvela que Dexter está con una jovencita en su antigua casa, pero le pide más dinero para seguir la investigación. Algo me dice que llegado el momento estos dos no acabarán bien. Quinn puede ser un gilipollas, pero parece más íntegro que este Liddy. Puede que finalmente sus sentimientos hacia Debra dinamiten esta curiosa relación.

Un tipo que irradia confianza

Dexter, con Cole en su punto de mira, decide ir a hacer la labor de investigación de su futura víctima. Lumen decide acompañarla pero Dexter marca las distancias. Un imprevisto en el asalto a la casa de Cole hará que Lumen sea la que le salve el pellejo a Dex, y que al final este tenga que aceptar que para lo bueno y para lo malo son pareja... laboral por ahora, pero ya veremos si el refranero de las ollas no vuelve a salir por aquí. Hasta Lumen se emociona cuando Dexter utiliza el "nosotros" para referirse a los futuros movimientos.

Esas miradas, solo esas miradas, dicen más que veinte frases

El asalto no ha sido tan nefasto, ya que se han llevado una foto de Cole con su grupo de amigos de la adolescencia, en el que se encontraba Boyd. Todo apunta que ese grupo de amiguetes se ha convertido en una panda de violadores y asesinos. Extraña manera de fomentar la amistad.

Futuros objetivos: la banda del patio

No quiero terminar sin mencionar a Sonya, la supernanny. Como buena y tópica irlandesa de las series y pelis yankis, es profundamente católica, y pone una estatuilla de Santa Brígida para proteger a Harrison. Dexter, con poco tacto, le hace ver que no cree en esas cosas. Me gusta el personaje de Sonya porque es a través de ella donde se reflejan y refuerzan los aspectos positivos de su relación con Lumen. Primero aprendió a abrirse a ella y a ser sincero, para ganarse la confianza de Lumen pero también para recuperar la confianza de la niñera. Y ahora aprende a respetar y aceptarla, del mismo modo que finalmente acepta a la estatua de la santa junto a la cuna de Harrison. A medida que se afianza la relación con Sonya (tratada de manera marginal en la trama, pero clave para entender el desarrollo de Dexter), se consolida la que Dexter tiene con Lumen, como demuestra el hecho de que al final del capítulo le lleve a Harrison para que lo conozca. El único punto inquietante de Sonya es su absoluta perfección, una Mary Poppins en potencia que no cuadra con la colección de personajes trágicos, inseguros, violentos e incluso algo sórdidos que pueblan esta serie. ¿Nos depararán alguna sorpresa los guionistas?

Ha tenido que llegar el ecuador de la temporada para que esta adquiera una personalidad propia, un objetivo definido. Chase, Cole y quién sabe cuántos más serán los objetivos de la pareja asesina, Lumen y Dexter, una especie de Bonnie y Clyde psicópatas. Claro que están prevenidos y les están esperando.
Las relaciones laborales y personales en el departamento de policía no podrán más que irse degradando. Y un sabueso mercenario irá tras los pasos de Dexter una vez más. Apasionante, ¿verdad? Seis capítulos y todo por decidir, con la emoción de que cualquier capítulo puede volver a revolucionar la trama como ha hecho este. 
Enhorabuena a la serie por engancharme de verdad una vez más.

martes, 2 de noviembre de 2010

Dexter: abordando la quinta temporada

El huracán que supuso el final de temporada de Lost parecía que iba a acabar con la vida seriófila en este blog, pero un puñado de irreductibles me pidieron que retomase la escritura para prolongar los debates y compartir el disfrute de algunas series del panorama televisivo actual.

Personalmente me hubiese decantado por Fringe, porque es la serie más parecida a Lost, no en temática, sino en capacidad de plantear preguntas y fomentar rebuscados debates, el problema es que la serie no es tan conocida, aunque ahora esté a nivel muy superior a la sexta temporada de Lost, sin ir más lejos.

Por tanto la elegida ha sido Dexter, una serie pausada, cruda, violenta y por supuesto muy, muy buena. Como estamos inmersos en el medio de la quinta temporada, esta entrada servirá de resumen y análisis a grandes rasgos de lo que llevamos de temporada, y punto de partida para una aventura que espero que nos lleve lejos.

Lo primero que tengo que hacer es lanzar una advertencia: lector, si no has visto la cuarta temporada de Dexter, no sigas. La quinta temporada está tan marcada por la cuarta que cualquier intento de contextualizarla fuera de lo acontecido con el Trinity Killer carece de sentido, y seguramente te arruine uno de los más grandes momentos televisivos de los últimos años.

Hecho el aviso a navegantes no puedo empezar por otro sitio que por el final de la cuarta temporada, sin duda el cénit de la serie. No quiero adelantar acontecimientos, pero la devastación que produce la cuarta temporada hace que la quinta nos resulte extraña, algo vacía, quizá incluso lenta y, personalmente, algo repetitiva. No obstante, sigue Dexter a una altura y con una negrura que difícilmente alcanzarán muchos otras series.

El primer capítulo nos traslada nueve meses después al mismo instante en que dejamos a Dexter y a Harrison: junto a una bañera ensangrentada. Se nos muestra a un Dex incapaz de mostrar sus sentimientos, algo que todos sabíamos. Asistimos a los días posteriores a la tragedia, del shock pasamos al engorroso papeleo mortuorio, con un Dexter embobado, ido, que saca de sus casillas a casi todos, pero sobre todo a Astor, que se lo reprocha tras una escena durísima y muy violenta: aquella en que les tiene que contar todo a Astor y Cody... ataviado con un gorrito de Mickey Mouse. Desde la cena de Acción de Gracias en casa de Trinity, no había visto una escena con tanta tensión y dureza en la serie, y sin una gota de sangre.

Disneyland: happiest place on Earth
 
Dexter decide huir, seguramente su única manera de superar el trauma, aunque es finalmente en una cabaña de mala muerte donde recobra brutalmente su personalidad, despierta y vuelve al entierro. Se da cuenta de que Rita ha sido su conexión con el mundo, con la gente que quiere, la que, sin saberlo, ha domesticado a su Oscuro Pasajero, integrándolo en el mundo "normal". El problema para Dexter es que ha necesitado perder a Rita para darse cuenta, hecho que se remarca en esos flashbacks, donde se nos muestra cómo se conocen y cómo Dexter miente a Rita, mientras ella pone todo de su parte para sacar la relación adelante.

El siguiente capítulo empieza a desarrollar los grandes temas de la temporada. Lo primero es quitarse a los niños de en medio. Así dicho suena mal, pero está claro que ser asesino y padre soltero de tres niños es complicado, así que los guionistas se llevan a Astor y Cody con sus abuelos. Astor ha calado a Dexter y no quiere volver a verlo.
Dexter se queda con Harrison y empieza a desarrollar una preocupación sobre si podrá ser un buen padre y si Harrison se verá afectado por la muerte de su madre del mismo modo que le ocurrió al pobre Dexter. Neuras de padre primerizo llevadas mucho más allá, pero claro, no todos los días se es padre y psicópata.
Posteriormente Dexter conocerá a Boyd, una víctima propiciatoria de su ansia de matar, que secuestra chicas, las tortura y abandona sus restos en barriles. Espeluznante, pero lejos del carisma de otros asesinos que han desfilado por la serie: Ice Truck Killer, Trinity e incluso los asesinos de la Santa Muerte, que traerán de cabeza al departamento de policía de Miami en esta temporada.

Lo dicho: va a traer de cabeza  a la policía

Dos capítulos ha necesitado la serie para desembarazarse del final de la cuarta temporada. Dos de trece, eso es decir mucho. Dexter está con Harrison y Debra viviendo en el apartamento, así que contratan a una niñera, una auténtica supernanny irlandesa que personalmente me da un poco de mala espina, ¿se puede ser tan perfecta? Incluso la aparente vida perfecta de Dexter despierta sospechas, y si no que se lo digan a Quinn, que retoma la senda de Doakes en la segunda temporada, y se embarca en la tarea de desenmascarar a Dexter, al que cree culpable del asesinato de Rita y que se mueve bajo el seudónimo de Kyle Butler.

Quinn a la caza de Dexter

El personaje de Quinn, algo anodino en pasadas temporadas, empieza ésta con una importancia capital. No sólo porque se ponga a investigar a Dexter, sino porque tiene una extraña relación con Debra. Ains, Debra. Esta chica está siempre mostrando su fuerte carácter en público, sin escatimar tacos, pero luego en las distancias cortas es muy vulnerable. Busca la comprensión en un Dexter que no puede entenderla, así que se lanza a los brazos de un encantado Quinn. Ojo Quinn, que quien se junta con Debra no suele acabar muy bien: Ice Truck Killer, Lundy, Anton...

Ya que hablamos de rollos amorosos, no podemos olvidar a María y Batista. Se casaron al acabar la cuarta temporada, pero compatibilizar su vida laboral y personal no va a ser sencillo: Batista defiende el honor de su esposa en una pelea de bar con otro policía y los de Asuntos Internos se lanzan sobre la pareja, hecho que traerá cola.

Si antes he dicho que la temporada tarda dos capítulos en "olvidar" la cuarta, no es hasta el final del tercer capítulo cuando se puede decir que estamos viendo la quinta temporada. Dexter decide eliminar a Boyd, pero tendrá diversas dificultades que le obligarán a improvisar, para finalmente acabar con él en su casa y encontrándose con la sorpresa de Lumen, personaje interpretado por Julia Stiles y que será el hilo conductor de esta temporada.

El personaje de Lumen es un nuevo quebradero de cabeza para Dex. Primero porque le ha visto, sabe lo que se esconde tras su Oscuro Pasajero, y segundo porque es víctima de un pasado trágico, seguramente con muchos abusos y violaciones, que le han afectado profundamente. Esto hace que conecte con Dexter, del que, como luego se verá, comparten bastantes puntos en común. Lumen necesitará todo un capítulo en confiar en Dexter, para luego pedirle que le ayude a vengarse de quienes le han herido. Es en este punto donde a Dexter se le plantea un conflicto: abandonar en parte su código para ayudar a Lumen, con un pretexto justo (a los ojos de Dexter) y tal vez buscando ayudarla a través de la venganza, algo que él nunca conseguirá por la muerte de Rita.
Al final Dexter le hace ver lo difícil que es matar a alguien y le ofrece facilidades para que rehaga su vida. Problema arreglado. ¿O no? La escena del cacheo del aeropuerto despierta los fantasmas de Lumen y le hacen volver a su plan de venganza... para desgracia de Dexter.

Una víctima vengativa

Uno de los detalles más destacables de Dexter es su reparto, al que incorpora cada temporada a grandes actores invitados. Keith Carradine como Lundy o John Lithgow como Trinity. Ahora tenemos a Julia Stiles pero también a Peter Weller.
Igual a muchos no les sonará su nombre, pero si digo Robocop, inmediatamente le pondrán cara. Salía en el magistral episodio White tulip de Fringe y aquí interpreta a un policía reclutado por Quinn para investigar a Dexter. Ambos policías comparten un resentimiento hacia María Laguerta, Quinn por abroncarle por sospechar de Dexter, y el otro por ser víctima de una investigación suya coordinada por Asuntos Internos. Precisamente María colaborará con Asuntos Internos para limpiar el nombre de Batista tras sus peleas, hecho que complicará su relación y también su estatus de poder dentro del departamento. Hay que agradecer que por fin le diesen más empaque a la trama de Batista-María porque se había vuelto algo aburrida, y ahora, al convertirse en un catalizador para otras tramas, como la de los sabuesos que seguirán a Dexter o la de la investigación de la Santa Muerte, vuelve a recobrar interés.

Conspirando contra Dexter

Tras resumir un poco lo que llevamos de temporada hasta el quinto-sexto capítulo llega un poco de análisis más profundo. Lo primero que tengo que decir es que esta temporada, pese a ser buena, me está resultando algo repetitiva. Está visitando lugares que ya habíamos visto antes: Quinn se parece a ese Doakes que tantos problemas le trajo a Dexter. Lumen, con esa mezcla de mujer desvalida pero con ansia de venganza, parece una mezcla de Lila y Miguel Prado, conecta con Dexter tanto en el plano emocional como en el "laboral"; si bien no parece tan manipuladora, no tan sanguinaria, no se puede descartar que su personalidad nos sorprenda en próximos capítulos. Debra por su parte no evoluciona como personaje; parecía que iba a madurar cuando se iba a ocupar de Dexter y los chicos, pero al desaparecer estos de escena, vuelve a ser la poli carente de afecto, que se lanza a los brazos de una relación complicada, esta vez con Quinn. Del resto del departamento (Masuka, Laguerta o Batista) nada que no se haya dicho.

¿Y Dexter? ¿Qué Dexter nos presenta esta nueva temporada? Ya sabemos que sus conflictos interiores son el motor de la serie. Cada temporada ha versado sobre un aspecto de su vida: su pasado (primera temporada), su obra (segunda temporada), su discípulo (tercera temporada) y su vida familiar como padre y asesino (cuarta temporada).
Esta quinta nos presenta una mezcla de todo: Dexter tiene que superar los conflictos de su vida familiar, las consecuencias de su obra volverán para perseguirle a través de la investigación de Quinn, y al mismo tiempo tiene que lidiar con Lumen, una especie de discípula y reflejo de sí mismo. El ejemplo lo encontramos en el sexto capítulo, donde Lumen decide vengarse para descubrir que matar a alguien no es tan sencillo como parece pero siendo consciente de que necesita la venganza, purgar su pasado y ve en Dexter a su brazo ejecutor. Dexter por su parte tendrá que limpiar el estropicio y enseñar a Lumen cómo funcionan las cosas, cuando al mismo tiempo le abra las puertas a su vida y, seguramente, a su corazón. El problema para él es que está descubriendo que la ausencia de Rita es una losa muy grande para él (ese shock cuando ve a Lumen en la bañera). Sólo su conciencia, su voz interior, personalizada en Harry, le hace ver lo díficil que le va a resultar todo y que lo único que puede hacer es ajustarse al código que le enseñó, el único elemento inmutable de su vida.

¿Almas gemelas?

¿Cómo puede acabar esta temporada? Pues creo que necesita dar un golpe de timón e ir preparando el final de la serie, que como ya he dicho, empieza a dar síntomas de desgaste. Dexter ha logrado algo casi imposible: que empaticemos con un asesino; comprendemos sus motivaciones e incluso deseamos que no le atrapen (aunque en este sexto capítulo ha estado muy cerca), pero sabemos que su final no puede ser otro que el trágico, cualquier otra cosa dejaría la serie en un plano ambiguo y difícil de asumir si los guionistas no saben manejar el material. No parece que sea en esta quinta temporada la última, pero tampoco auguro un buen final para Quinn y Lumen, y por extensión para Debra y Dexter.

Seguiremos con atención las andanzas de Dexter y su Oscuro Pasajero.
Tonight is the night.