miércoles, 17 de noviembre de 2010

Dexter - 5x08 - Take it!

Cuatro semanas. Cuatro capítulos. Eso es lo que queda para el desenlace de esta temporada de Dexter, y nuevamente me tengo que descubrir frente a todo el equipo que trabaja en esta joya televisiva. Sin duda enfrentarse al abismo creativo tras la irrepetible cuarta temporada es todo un reto, y creo que a estas alturas lo han superado con creces. Cierto es que he llegado a albergar mis dudas, pero la irrupción y evolución del personaje de Lumen ha supuesto un giro radical, hasta el punto de lograr algo que nadie había logrado todavía: cambiar al protagonista.

La soledad define a Dexter. Él mismo es consciente de ello, su ser, su Oscuro Pasajero le impide revelarse tal y como es al resto del mundo. Y aunque se resigna, en el fondo no es algo que le agrade porque se siente vacío, incomprendido hasta cierto punto. En un momento del capítulo se nos recuerda que ni Harry ni Miguel Prado fueron capaces de aceptar a Dexter tal y como era. Porque una cosa es saber la verdad y otra es vivirla. Dexter vive con el miedo de que los demás le descubran tal y como es y se horroricen: es el miedo al rechazo, tan natural y tan humano, aunque sean por motivos tan inhumanos y espeluznantes.

Lo peor no es estar solo, sino rodeado de tantos idiotas

Sin embargo, de repente, como algo inesperado, irrumpe el personaje de Lumen y Dexter cambia, inspirado por extraños sentimientos, tal vez una mezcla de empatía, compasión, una sintonía en un plano diferente a la que pudo tener con Rita, Miguel, Lila o incluso Trinity. En cierto modo se abre y ambos profundizan en sí mismos. No es algo físico, no amor en el sentido habitual, al menos no todavía, como equivocadamente piensan Owen o Liddy y como deja claro la propia Lumen en su conversación con el primero. No obstante va mucho más allá, cuando ella descubre finalmente el ser de Dexter en toda su dimensión.

El capítulo como tal no tiene mucha trama, ya que arranca sobre las consecuencias del anterior: el tiroteo en la discoteca y el plan para matar a Cole. La policía tiene que lidiar con la opinión pública tras la desastrosa operación encubierta. Aquí cada personaje toma partido de manera más o menos esperada: Laguerta busca salvar su imagen de la mejora manera, Debra le insta a que asuma su responsabilidad y que no le cargue el marrón a otro, y a Batista lo tenemos dudando entre su responsabilidad profesional y su matrimonio. Finalmente Laguerta se apoyará en el supuesto rival más débil, Manzón, para cargarle las culpas a Debra, que montará en cólera y duplicará su tasa de fucks por frase. Al menos Batista se destapa como un hombre íntegro (a veces con mucho carácter) y le muestra todo su apoyo a Debra. Una subtrama bastante típica y tópica de las series policiacas, pero que a buen seguro traerá consecuencias, y no buenas a la convivencia policial. Puede que el conflicto estalle en esta temporada o quede latente para la próxima.

Batista eres el mejor

Otro tema recurrente de la serie es precisamente el plantear un supuesto dilema moral al matar a la gente mala para proteger a la gente buena. La novedad es que esta vez no es Dexter, el justiciero nocturno, sino Debra, que se sorprende de no sentir ningún remordimiento por matar a Carlos Fuentes, es más incluso siente cierta alegría de saber que en el fondo se lo merecía. Ella intenta buscar una voz amiga que pueda entenderla, y al final la encuentra en Dexter, que en cierto modo se sorprende de que a su hermana se le puedan pasar por la cabeza las mismas motivaciones que a él le incitan a matar. ¿De verdad hay gente que merece morir? ¿Se le hace un favor al resto del mundo eliminando a la gente que supone un peligro para los demás? Un filo moral muy peligroso en el que siempre se ha movido esta serie y que ha sorteado con pericia, pero no es lo mismo que lo plantee un personaje que es un asesino sanguinario y por tanto negativo (por mucho que nos guste), y otra que lo plantee un representante de la ley. Al final Debra no parece muy convencida por lo que le dice Dexter, porque a ella le sigue pareciendo preocupante no sentir culpa por matar, algo que sin duda no debe ser sencillo. Debra ahora atraviesa un conflicto laboral, con un fucker Quinn entre medias, y en cuanto ordene sus pensamientos seguro que lo tiene todo mucho más claro.

Cuidado Debra, es un tema espinoso (ojo a la mirada de Dexter, que cambia su cara por completo en esta escena)

Volvemos al principio, a la relación Dexter-Lumen. Una vez que han formado el tándem vengativo, toca ir a por la presa. Dexter se ha colado en un seminario de Jordan Chase para vigilar a Cole. Aquello se celebra en un hotel, lleno de hooligans que gritan consignas vacías y que consiguen que Dexter se considere normal. Una vez trazado el plan, Lumen se encarga de la compra del material, poco a poco Dexter la va a ir introduciendo en su ritual. Lo que ella no espera es que aparezca Owen, su antiguo novio al que dejó plantado ante el altar. El tipo, en vez de resignarse, cree haber entendido lo que pretendía Lumen con su huída: abandonar una existencia vacía y lanzarse a lo desconocido. Por eso le ofrece la posibilidad de volver con él y realizar un viaje por el mundo. Huir. Lumen puede abandonar todo el sufrimiento y la muerte que ha dejado tras de sí y comenzar de nuevo. Pero algo crece en su interior, tal vez esos deseos de venganza estén incubando un Oscuro Pasajero que conecta con el de Dexter, afianzando una relación cuanto menos peculiar. Ya en el hotel, con Dex, y preparando el escenario, Lumen comprende que las motivaciones de Dexter distan mucho de ser circunstanciales. Que él ya ha matado antes, que Boyd nunca fue el primero y que tiene todo pensado. Lejos de escandalizarse, lo acepta, abandona a Owen y se lanza al camino inexplorado que le ofrece el señor Morgan. Ese vínculo se observa en la escena en la que Dexter logra calmar el ataque de pánico de Lumen cuando oye los gritos de la habitación de Cole que tanto le recuerdan a su sufrimiento, llegando a quedarse dormida, cosa que no había conseguido hasta ahora.
Finalmente, tras un angustioso momento en el que Cole descubre a Lumen, Dexter consigue ponerlo en su mesa de operaciones. El ritual de la sangre, los retratos y finalmente la muerte. Con Lumen de privilegiada espectadora que, lejos de escandalizarse, se siente reconfortada cuando recibe la placa con la sangre de Cole, el trofeo, simbólico como pocos. Puede que hayan pasado cinco temporadas y que Dexter haya encontrado a su alma gemela, esa persona que lo acepta tal y como es.

La imagen del episodio

No podemos olvidar al personaje de Chase, el siguiente en la lista de Dexter, como se desvela al final del episodio. El tipo tiene bien investigado a Dexter y la terrible historia de Trinity. Se muestra amable, tal vez demasiado, yo no descartaría que tuviese a Dexter en el punto de mira porque sospecha de él. Detrás de esa cara bonita hay un psicópata calculador que seguramente pretenda anticiparse a los movimientos de Dexter. Por si esto fuera poco, en un ejercicio de tortura, obliga a Dexter a recordar lo que sintió cuando encontró a Rita en la bañera, frente al auditorio de hooligans del principio del episodio. El problema para Dexter va a ser que su enemigo le conoce mucho mejor que Dexter a él.

Un manipulador encantador

Y para terminar no podemos olvidar a Liddy, el investigador que en nada se va a convertir en el peor problema de Dexter, si es que no lo es ya. Es un tipo listo y sin escrúpulos, capaz de fingir un accidente para obtener los datos de una sospechosa, o de amargarle el desayuno a Quinn. En el primer caso se fija en las sospechosas bolsas de plástico que Lumen lleva en el coche, y en el segundo logra convencer a Quinn para que le deje más dinero. Seguramente invierte luego ese dinero en un teleobjetivo con el que observa a Dex y Lumen deshacerse de los restos de Cole. Fin del episodio. No puede haber más tensión. Seguro que como Liddy es un tipo listo, no tardará en atar cabos. Lo que está por ver es cómo le ofrecerá estos datos a Quinn o si irá más allá en su investigación. No me gusta cómo pinta esto, ya que apunta a que todo puede terminar en tragedia. A Liddy lo veo muerto, por descontado, pero creo que puede llevarse a alguien más con él al otro barrio. ¿Quizá Quinn o la propia Lumen?

Teleobjetivo de 500 dólares

Demasiados frentes abiertos de cara al final de la temporada, cosa que nos encanta. El episodio de la semana que viene se llama "Teenage wasteland" que a mí particularmente me hace pensar inmediatamente en el "Baba O'riley" de The Who. ¿Tendrá algo que ver? Lo sabremos el lunes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario