Lost - 6x15 - Across the Sea

¡Pero qué co)#~€$! Esto es lo que habrá pensado más de uno al ver el capítulo de esta semana. Tras una serie de episodios de ritmo endiablado, tensión y fuertes emociones, nos llega este "Across the Sea" que calificaré como "anticlimático". Los protagonistas son Jacob y el Hombre de Negro, la acción se desarrolla en una época indeterminada, seguramente en tiempos de los romanos y bueno, sí, se dan respuestas, pero para muchos resultarán insatisfactorias y sobre todo, ambiguas.

"Ambigua", esa es sin duda la palabra. Hasta este episodio parecía que teníamos claro dónde estaba el blanco y el negro, el bueno y el malo, pero ahora se nos ha revelado una inmensa gama de grises que no hacen más que añadir confusión. Donde todos esperábamos respuestas nos ha llegado mitología, mística y simbolismo, mucho simbolismo. Unos verán un episodio insulso, innecesario y otros un episodio revelador, metafórico, que le da otra dimensión al engranaje narrativo de Lost. Díficil poner de acuerdo a ambas facciones.

Vamos a ir poco a poco, desgranando el capítulo, intentando explicar las cosas y anticipando el debate que puede generar el episodio.

Retrocedemos unos 2000 años desde la acción actual de la Isla, tiempo de los romanos. Un barco ha naufragado y una mujer llega a la Isla. Primera pregunta, ¿dónde estaba la Isla en esa época? Es complicado pensar que un barco romano fuese a estar en el Pacífico sur, ¿no?
La mujer en cuestión se llama Claudia y está embarazada. Después de ella llegarán otras embarazadas tras sendos accidentes, como Rousseau y Claire. ¿Alguna relación con esta insistencia? Allí se encuentra con otra mujer de la que desconocemos y desconoceremos su nombre. Claudia pregunta por el resto de la gente del barco pero la mujer se muestra esquiva y contesta con una frase que resume a la perfección Lost: Every question I answer will simply lead to another question. Como diría Schuster, "no hase falta disir nada más".
La mujer ayuda en el parto. El momento del parto es revelador: nace un primer niño, arropado con un manto blanco que se llamará Jacob, pero luego llega un inesperado gemelo, arropado con un manto negro, para el que no habían pensado un nombre, ni la madre ni los guionistas, porque nos dejan sin saberlo durante todo el capítulo, para desilusión nuestra. Se andan todo el rato con rodeos, con pronombres y por el estilo. No vamos a discutir desde un punto de vista lingüístico, sintáctico o gramático, la importancia del uso del nombre en la comunicación verbal, pero vamos, que después de 30 años, resulta como mínimo raro que no se le nombre. Pasaremos también por alto que los niños nazcan limpitos, bien creciditos y sin cordón umbilical. Y es que un parto de verdad no luce muy bien en televisión.
Tras el parto, la mujer mata a la parturienta. A partir de ahora ella se encargará de criar a los niños (raised by another). Curiosidad seriéfila: la mujer no es otra que la gran Allison Janney, eternamente recordada por su papel de C.J. Cregg en "The West Wing".

Marcados desde el nacimiento

Han pasado trece años. La mujer ha pasado a ser la Madre. Sus dos "hijos", Jacob y el Niño de Negro (insistencia cansina en los colores y el vestuario) han pasado este tiempo viviendo una mentira, pero no tardará en desvelarse toda la verdad. En un paseo, el Niño de Negro descubre un juego egipcio en la playa (el Senet) y se pone a jugar con Jacob. Le dice que él conoce las reglas (¿cómo?) pero que no le diga nada a la Madre porque entonces se lo quitaría. Las referencias a un juego, dos jugadores, unas reglas son tan obvias que las podemos pasar por alto. Lo que no podemos dejar pasar es el juego en sí, el Senet, que según la Wikipedia:

Este juego guarda ciertas similitudes con el Juego real de Ur y el backgammon  (éste derivado del juego de la tábula romana), por lo que se cree que el Senet puede ser un predecesor de éste último y derivado del Juego real de Ur. Aunque no está confirmada ninguna de las dos teorías es bastante probable que así sea.
[...]
El objetivo del Senet es sacar tus piezas del tablero antes que el adversario, siguiendo una serie de reglas, avanzando tus propias fichas y capturando y bloqueando las piezas del adversario.

El backgammon ya lo vimos en el primer capítulo de la serie y lo de sacar las piezas del tablero antes que el adversario nos suena bastante, ¿no? Sustituyamos "tablero" por "Isla" y todo encaja. Sí, porque los guionistas de Lost también leen la Wikipedia.

Zipi y Zape

Volvamos a la acción. La Madre se entera por Jacob de lo del juego y va a hablar con el Niño de Negro y le dice que es especial (como Walt o como Hugo, nada nuevo). El Niño, a diferencia de su hermano que parece medio lelo, es curioso, se pregunta de dónde viene el juego o qué es estar muerto. La Madre da largas como puede y le dice que sobre la muerte él no tendrá que preocuparse nunca.
Más adelante los niños ven cómo unos salvajes cazan a un jabalí y claro, les da por preguntar a la Madre. Obviaremos nuevamente que tras trece años en la Isla nunca se hayan cruzado con ellos, no quiero ser demasiado susceptible. La Madre les dice que esos hombre no son como ellos, que esa gente viene, lucha, destruye y corrompe, una y otra vez (sí, es la famosa frase del Hombre de Negro en "El Incidente"). Como los niños siguen preguntones, les lleva a ciegas a ver la Fuente. Aquí es seguramente el primer momento "lo hizo un mago" del capítulo (malo): hay una cueva, a donde fluye un arroyo y con una luz brillante en el fondo. La Madre dice que un poco de esa luz es lo que hay dentro de cada hombre pero que la gente siempre quiere más y que intentarán llevarse esa luz, pero si la luz desaparece, lo hará en todas partes, y que por eso hay que protegerla. Primero ella, y cuando ya no pueda, lo hará uno de los chicos.
Se nos ha presentado uno de los enigmas de la serie: la dichosa Fuente. No es mucho suponer que esa luz y el agua es la misma en la que fueron sumergidos Sayid y Ben en el Templo. Nos intentan hacer ver que es una especie de Fuente de la Vida, que contiene la luz, la pureza, el amor y demás sentimientos positivos. Aquí cada uno que le dé el significado que quiera, pero pronto veremos que toda luz conlleva siempre una oscuridad.

En realidad las paredes están pintadas de amarillo para que parezca que hay más luz. Cuestión de ahorro

Nuevamente vemos a los chicos jugando. El Niño de Negro sigue poniendo las reglas y el lelo de Jacob sigue sin enterarse. "Algún día podrás inventarte tu propio juego y todo el mundo tendrá que seguir tus reglas." le dice, proféticas palabras. De repente, el Niño ve el fantasma de su verdadera madre. Sin duda es especial: puede ver y hablar con los muertos, es listo, sintoniza con la Madre mucho mejor... vamos, que es el Candidato perfecto. El fantasma de la madre le cuenta su verdadero origen, le lleva a ver el poblado de los Otros, bueno en realidad serían los Otros Otros, no, espera que esos ya estaban, serían los Otros Otros Otros, los Aquellos para abreviar, que son los ¿romanos? que iban en el barco. El Niño de Negro está decidido a irse y recluta a Jacob, pero éste al final se raja, por lelo y por pelota, y no contento con eso intenta detener a su hermano a base de hostias. Aparece la Madre para detener la pelea pero el Niño de Negro le canta las cuarenta y se pira. A Jacob entonces le entran dudas y le pregunta a la Madre por qué quiere más al Niño de Negro que a él. ¡Zas! Jacob es lelo, pelota, agresivo y envidioso. No parece el paladín del Bien que nos habían vendido. El caso es que la Madre, que ya se había hecho ilusiones con el otro como sustituto, se tendrá que conformar con Jacob y le dice que quiere a los dos de maneras diferentes. Cosas de madres. Los famosos daddy mommy issues salen a la palestra de nuevo.

Saltamos treinta años. Menos mal, así puedo escribir ya Hombre de Negro, que queda menos ridículo. Jacob va a hacer una visita a su hermano y de paso echar una partidita. Le pregunta por su vida con los hombres (¿qué clase de pregunta es esa?, ¿de verdad nos tenemos que creer que ha estado 30 años sin hacerle una miserable visita?). El Hombre de Negro reconoce que le tiene que dar la razón a la Madre sobre los hombres, que son mala gente, pero que los aguanta para poder irse. Y que cree saber cómo. Usando la daga, la famosa daga que tantas vueltas a dado y con la que murió Jacob, le enseña precisamente a Jacob las propiedades especiales de la Isla, el dichoso electromagnetismo. El Hombre de Negro le ofrece a Jacob la posibilidad de unirse, pero él la rechaza nuevamente diciendo que aquí está su casa.

La daga, símbolo universal de la traición

Cuando la Madre se entera de los planes de su ex-hijo va a verlo al fondo del pozo. No tardamos en descubrir que estamos en la futura estación Orquídea. El Hombre de Negro ha descubierto un modo de llegar a la fuente de luz (tras 30 años nunca ha sabido encontrar el camino). Sólo un muro le separa de esa fuente y le enseña a la Madre el plan que tienen los hombres (gente lista, según él): tirar el muro y poner una rueda, una especie de timón. Sí, es la rueda que Ben usará para mover la Isla. La Madre decide noquear al Hombre de Negro para evitarlo. Es inútil preguntarse por los conocimientos de electromagnetismo de los romanos y de cómo una rueda puede controlar algo que ni siquiera has visto, así que pasemos a otra cosa.

Precursora de la "La ruleta de la fortuna"

A continuación la Madre se lleva a Jacob a la cueva brillante y le dice que le toca protegerla. El traspaso de poderes se simboliza como una comunión: bebiendo vino tras una especie de ininteligibles conjuros. El "toque" de Jacob, la inmortalidad es el vino (¿dónde lo preparan?). La labor de Jacob es proteger la luz hasta que encuentre a un sustituto, cosa que a Jacob no le mola porque cree que lo elige porque no tiene más remedio (ha tardado en darse cuenta el tío), ya que su hermano fue siempre el favorito. La Madre reconoce el error y consigue que Jacob beba.

El primer botellón de la historia

El Hombre de Negro se despierta y descubre que alguien ha arrasado el poblado, ha quemado su Senet y cerrado el pozo. ¿De verdad lo ha hecho la Madre? A ver, la tipa tendría como mínimo 60 años. Además, si el pozo se cierra, ¿quién coloca la rueda?, ¿cómo sabía que había que poner ahí una rueda? Obviamente, el Hombre de Negro se cabrea como mono y destroza la cueva donde vivían Jacob y la Madre. A continuación mata a la Madre con la archiconocida daga, por la espalda, como mandan los cánones y los buenos centrales. Entre lágrimas, el Hombre de Negro le pregunta a su madre por qué no le deja irse, y ella replica que es porque le ama. Vaya con el amor de madre.

Ahora es Jacob el que se pilla el rebote. Se lleva a su hermano a la jungla. Éste le recuerda que no puede matarlo (las reglas, ya se sabe) pero Jacob le dice que esa no es su intención. Le lleva a la Fuente y le dice que él es ahora el protector. Con evidente cabreo, le pregunta entre gritos si de verdad quiere irse y lo lanza al agua. El Hombre de Negro se golpea con una roca y queda inconsciente y su cuerpo flota hasta entrar en la cueva. Entonces es el Humo Negro el que surge de la cueva y desaparece entre los árboles. Jacob encuentra el cuerpo muerto de su hermano y vuelve a su cueva-casa y lo deja junto al de la Madre, poniendo al lado una bolsita con dos piedras, una blanca y una negra. Jacob se enfrenta a la soledad y a un Humo Negro, el "corazón de la Isla" como la Madre le dijo (frase que Locke repetiría). Resulta que el corazón, esa luz que todos habíamos visto, que irradiaba calidez, ocultaba una oscuridad destructiva. La eterna dualidad una vez más. ¿Significa esto que el Hombre de Negro no es realmente una persona? Eso parece, una reencarnación maléfica con sus anhelos (huir de la Isla), sus filias (Jacob no deja de ser su hermano) y sus fobias (los mommy issues y las ganas de venganza) y su cuerpo, muerto, pero no así su alma, condenada a algo peor que el infierno. Al mismo tiempo Jacob confiará en los hombres, cosa que ni la Madre ni su hermano pensaban (el segundo los utilizaba para sus fines).

Espacio reservado para cualquier chiste genérico relacionado con navegación aérea y ceniza volcánica

Ahora llega el momento más vergonzante del capítulo a mi parecer. Nos plantan imágenes de archivo de la primera temporada a modo de flashback para que veamos que los cadáveres del Hombre de Negro y la Madre son los que encontraron Jack y Kate y que Locke nombró como Adán y Eva. ¿A qué viene esto? ¿Intentan explicar algo en plan "Lost for Dummies"? No lo creo, pues después de todo muchos otros detalles de temporadas pasadas no han merecido este tratamiento. Más bien es una flipada de los guionistas para demostrar que lo tenían todo pensado desde el principio, que había un plan, que la historia de Jacob, su Madre y su hermano estaba pensada y que ahí estaba la conexión. Lo siento pero no me lo creo. ¿Por qué? Porque el flashback está editado y no nos muestran cuando dice Jack que los cuerpos llevan muertos unos 50 años. 50 frente a 2000. Podemos alegar que tal vez Jacob los momificara pero no lo creo. Entonces, ¿qué nos queda? ¿Las propiedades especiales de la Isla?, ¿el hecho de que el tiempo y el espacio no funcionan igual? Vale, lo hizo un mago y los guionistas han cuadrado medio bien un enigma de la primera temporada con la mitología de la sexta. "¡Hay un plan!" clamarán los acólitos lostianos. Más bien es una ñapa de guion que sin el flashback hubiera quedado mejor. Al intentar destacar en exceso las virtudes sólo han expuesto más las carencias.

Por si no ha quedado claro: estos dos son los cadáveres de "Adán y Eva" de las cuevas de la primera temporada

Resumiendo, que es lo único que no he hecho tras más de 2300 palabras, la mitología isleña se ha puesto de manifiesto tal vez por última vez en la serie. Si os habéis quedado con preguntas... mala suerte porque seguramente no haya más respuestas. ¿Cómo sabía la Madre lo que había que hacer? ¿Por qué puede hacer que los niños no se hagan daño o traer gente a la Isla? ¿Cómo funciona el vino de la inmortalidad? ¿Quién estuvo antes que ella? ¿Desde cuándo se remonta la Isla y sus propiedades? Na, menudencias. Las respuestas están en las metáforas, el simbolismo que destila todo el capítulo. ¿Demasiadas sutilezas? ¿Demasiadas ambigüedades? Pues seguramente tengamos que acostumbrarnos porque el final de la serie parece que se regirá por estos patrones.

Para los que creen haber visto una pequeña obra maestra, igual un segundo visionado con más espíritu crítico les abra los ojos. Y para los que creen haber visto un gran timo, igual un segundo visionado con menos espíritu crítico les abra los ojos. ¿Por qué digo esto? Pues por lo mismo que nos queda del capítulo: aunque el blanco y el negro sean las metas, los objetivos visibles, existe una enorme tonalidad de grises en las que tendremos que manejarnos. El buenazo de Jacob ha resultado ser soso, lelo, servil y agresivo y sin embargo, se ha quedado con la tarea de proteger el bien de la Isla pero al mismo tiempo ha liberado el Mal a través de su hermano, probablemente más inteligente, con más iniciativa y carisma pero al que sus decisiones le condenaron.

Seguramente el mayor problema de este capítulo haya sido su ubicación. De haber sido al final de la quinta temporada, sabiendo que hay una sexta por delante, estaríamos aplaudiendo con las orejas, pero ahora queremos una resolución y no vagas respuestas. No nos aproximamos a los capítulos de la misma manera y nos puede el ansia. A la serie le quedan dos capítulos, uno de ellos doble y con prórroga (¡uruguasho!) para justificar este "Across the Sea". Diez días, apenas diez días quedan. Estoy dispuesto a esperarlos y darles el beneficio de la duda a los guionistas, pero que sepan que para mí casi han gastado su crédito de "lo hizo un mago".
La semana que viene tenemos un "What they died for", que pinta bien a la fuerza por el título y por ser la penúltima vez que veremos un capítulo inédito de Lost. Se dice pronto pero da algo de vértigo pensarlo.

Namaste.