lunes, 2 de mayo de 2011

Fringe - 3x21 - The Last Sam Weiss


Ahhh, el aroma del final de temporada; esa sensación de final de curso, donde cuentas los minutos y los segundos, donde te despides de los compañeros que no verás hasta después del verano... y si encima le añadimos la emoción de dejar colgada una trama en un punto de suspense y duda increíble, entonces, ¿por qué nos desespera tanto? Seguramente porque después de esa bajada frenética propia de la montaña rusa, el vagón se para y no nos dejan montar precisamente hasta después del verano.

Con esa mezcla ridícula de sensaciones afrontaba este penúltimo episodio de la tercera temporada de Fringe y el caso es que el viaje en la montaña rusa no terminaba de convencerme hasta que ha llegado el final. ¡Y qué final! Más propio de un último capítulo de temporada que de un penúltimo. Entonces, si esto es lo que ofrecen ahora, ¿qué han dejado para el siguiente? Bueno, pero no adelantemos acontecimientos y vayamos paso por paso.

El capítulo se titulaba "The last Sam Weiss", lo que nos hacía suponer que el enigmático dueño de la bolera iba a ser el protagonista. De él hemos pensado de todo, que si tiene un gran conocimiento, que si es de los "First People", que si es del otro lado, etcétera. Y al final personalmente me he quedado un poco desencantado con el enfoque Benjamin Linus que le han dado al personaje: parece tener información importante, y saber más que los protagonistas y que el público, es ambiguo, pero al final parece verse superado por los acontecimientos, reducido a mero peón, aunque siempre con esa sensación de que no ha dicho su última palabra.
¿Y por qué digo esto? Bueno, pues porque Sam es el último de una familia de tipos "normales" que encontraron el manuscrito y se liaron a descifrarlo. El problema para Sam es que lo que pasa ahora con la máquina activada no venía escrito y claro, el tipo anda algo perdido. ¿La solución? Buscar una palanca, forzar la máquina y permitir que Peter entre y la apague. Facilísimo, ¿verdad? Esto implicará unas tareas de exhumación de cadáveres y allanamiento de museos en las que contará con la ayuda de Olivia. De aquí me quedo con la frase en la que dice que la máquina puede o no funcionar como la Máquina del Fin del Mundo: dualidad, tanto sirve para crear como para destruir.

No me pidas respuestas: trabajo en una bolera

Tras una labor de "arqueología", la "palanca" resulta ser la propia Olivia. Toc, toc... un momento, llaman a la puerta... son los guionistas de "Alias" que dicen que esto ya está visto, que prueben cosas nuevas. El caso es que Olivia tiene que utilizar sus habilidades telequinéticas para abrir un hueco en el campo de protección de la máquina y permitir que Peter entre. Olivia practicó el tema en la primera temporada con las bombillitas y eso, pero esto es otro nivel. La chica practica con la máquina de escribir interdimensional pero, al igual que pasó en su día, sólo con la presencia de Peter lo logra. ¿Y qué escribe en la máquina? "Sé mejor hombre que tu padre", justo lo que decía en griego cuando al principio de la segunda temporada volvió del otro lado.

Esto está más claro que en las instrucciones del IKEA

Por otro lado, el Walter derrotado del capítulo anterior obtiene la determinación para seguir trabajando y buscar una solución al fin del mundo, que en este capítulo se nos presenta como tormentas eléctricas indiscriminadas. Con la inestimable colaboración de Astrid (minusvaloradísimo personaje secundario) logra llegar a la conclusión de que para reducir los fenómenos hay que situar la máquina en el mismo lugar en el que se encuentra su homóloga: Liberty Island. Entre medias tiene un emotivo diálogo con la desesperada Olivia donde le dice que tiene una fe absoluta en ella y que está convencido de que ella logrará estar a la altura (no como él, que cree que ha fallado ya demasiadas veces). Al menos este ajetreo le hace olvidarse de Peter.

Todo esto es ridículo, ¿verdad?

¿Peter? Lo suyo sí que tiene tela. Lo dejábamos en una especie de coma en un hospital. El tipo se despierta de manera extrañísima y nos recuerda al inicio de "The Walking Dead". ¿Un sueño? ¿Ha despertado realmente en nuestro mundo? La realidad de repente nos atiza a todos: el hospital está desbordado por las numerosas tormentas. Peter aprovecha el desconcierto para largarse y tomar un taxi a Nueva York. Allí recala en una tienda de empeños donde compra un dólar de plata. ¿Por qué? ¿Para qué? El caso es que parece como si la conciencia de Peter fuese la del Peter over there que nunca hubiese sido raptado. Cuando me temía un caso de "amnesia de serie de televisión" aparecen Walter y Olivia y Peter vuelve poco a poco a recobrar su personalidad y su memoria, y con ello las ganas de meterse en la máquina.

Con la parra a cuestas

En este momento del episodio tenemos el lío ya algo menos liado: Peter con memoria, Olivia ya puede controlar la telequinesis, Sam Weiss preocupado porque no tenía esto previsto para nada, y Walter metiendo prisa porque el mundo se acaba. Olivia "desactiva" las defensas y se despide de Peter con un beso y una declaración de amor, Peter entra en la máquina y lo que pasa después es como poco, complicado de explicar.

Vemos a un Peter algo más viejo, en una ciudad que pronto descubrimos que es Nueva York, en medio de lo que parece una guerra o al menos un tiroteo. Una placa conmemorativa nos sitúa en el año: indeterminado pero posterior a 2021, y también al parecer, en el universo: las Torres Gemelas no están y en su lugar se alza la Freedom Tower. Un soldado aparta al confuso Peter de una explosión y éste distingue un logo familiar en su uniforme: el de la División Fringe, calcado al de over there.
Suponemos entonces que Peter o su conciencia ha viajado en el tiempo en nuestro universo aunque hay un detalle de un mapa de transporte en el fondo. Ahí aparece una figura que no se corresponde con la de Manhattan. ¿Gazapo o hay algo más? ¿Consecuencia de la guerra entre universos? ¿Un tercer universo? Y otro detalle, igual insignificante, pero cuando Peter se fija en el logo de la División Fringe, se le adivina un anillo en la mano izquierda. Al menos me daría para pensar un poquito tratándose de una serie como esta, que suele prestar atención en los detalles.

El mapa del fondo no es de Manhattan, ¿gazapo? (clic para ampliar)

Sólo este final y las vueltas que le podamos dar a esta última escena valdrían para acabar la temporada, pero es que queda todavía un capítulo. ¿Qué veremos? ¿El futuro? ¿Over there? ¿Había previsto Sam Weiss esto? ¿Es acaso un tercer universo de los, posiblemente, infinitos que pueda haber? Me encanta que haya preguntas, pero me gusta más que les den respuesta. Esperemos que las respuestas para algunas de ellas sólo nos lleven una semana, y que no hagan "un Perdidos" de todo esto. El título "The Day We Died" es demasiado sugerente como para no darle vueltas. Seremos pacientes, aunque la tensión y la espera será difícil de sobrellevar.

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