Desgarradora historia la de Mariflor, que estuvo "enganchada" durante 72 horas a una de esas líneas de tarot tan baratas. Resultado: una factura de 6000 lereles de la que difícilmente se podrá librar.
Cualquiera podría pensar que por qué estuvo tanto tiempo al teléfono. Sencillo: la vidente le dijo que si no lo hacía el ritual se detendría y todo lo hecho no valdría para nada. El problema de estas líneas es que pasado un tiempo se cortan y es preciso volver a llamar. ¿Por qué la buena señora iba a necesitar llamar repetidamente? Pues porque la vidente la convenció de que se lo iba a hacer gratis y le devolvería el dinero.
Mariflor admite su culpa (su gilipollismo diría yo), alega que estaba pasando por una depresión y que la tarotista se aprovechó de ello. Realmente hay que ser muy hijoputa para aprovecharse de la debilidad humana cuando se atraviesa algo tan grave como una depresión, pero esta señora no fue capaz de parar incluso cuando era evidente de que la estaban timando a lo grande (y así mismo lo declara ella). Es por eso que merece una entrada en esta poco honorable categoría de "Gilipollas del día".
Personalmente tengo una opinión muy negativa de futurólogos, astrólogos, tarotistas y similares. Me parecen timos legalizados y si por mí fuera los prohibía. Otro tanto con el engañabobos del horóscopo. Es vergonzoso que los periódicos dediquen un hueco diario a la astrología y se olviden repetidamente de la astronomía. Parece mentira que en pleno siglo XXI sigan existiendo supersticiones más propias de la Edad Media.
Fuente: El Mundo
Cualquiera podría pensar que por qué estuvo tanto tiempo al teléfono. Sencillo: la vidente le dijo que si no lo hacía el ritual se detendría y todo lo hecho no valdría para nada. El problema de estas líneas es que pasado un tiempo se cortan y es preciso volver a llamar. ¿Por qué la buena señora iba a necesitar llamar repetidamente? Pues porque la vidente la convenció de que se lo iba a hacer gratis y le devolvería el dinero.
Mariflor admite su culpa (su gilipollismo diría yo), alega que estaba pasando por una depresión y que la tarotista se aprovechó de ello. Realmente hay que ser muy hijoputa para aprovecharse de la debilidad humana cuando se atraviesa algo tan grave como una depresión, pero esta señora no fue capaz de parar incluso cuando era evidente de que la estaban timando a lo grande (y así mismo lo declara ella). Es por eso que merece una entrada en esta poco honorable categoría de "Gilipollas del día".
Personalmente tengo una opinión muy negativa de futurólogos, astrólogos, tarotistas y similares. Me parecen timos legalizados y si por mí fuera los prohibía. Otro tanto con el engañabobos del horóscopo. Es vergonzoso que los periódicos dediquen un hueco diario a la astrología y se olviden repetidamente de la astronomía. Parece mentira que en pleno siglo XXI sigan existiendo supersticiones más propias de la Edad Media.
Fuente: El Mundo
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